Según nuestra experiencia, podemos afirmar que si bien es necesario para las aulas, no es suficiente.

 El acceso a Internet es ya un bien escaso para el uso de Administración, personal docente y las aulas informatizadas de una escuela tradicional.  En algunos centros incluso insuficiente.  Si añadimos un ordenador para cada alumno y en todas las asignaturas, pasamos a un total de entre 300 a 1000 usuarios permanentes de Internet en un solo Centro de enseñanza.  Claramente podemos hacernos a la idea de las infraestructuras de comunicaciones que debería tener una empresa tradicional con tal número de empleados de oficina en un solo edificio y con una dependencia de Internet elevada.  Este es un gran reto que todos los centros escolares añaden sin excepción a su lista de tareas para adaptar personas y recursos al uso del Libro Digital.

De acuerdo con las estadísticas obtenidas en instalaciones reales, sólo el 20% del tráfico es web HTTP y acelerable con un Proxy-caché.  El resto es HTTPS o bien de otros servicios y puertos IP.  Y dentro de las consultas el volumen mayor corresponde a servicios generalistas de almacenamiento masivo como vídeo a la carta o actualizaciones de sistema y de antivirus.

Asegurar la satisfacción de las personas con caudales a Internet reducidos se convierte en un arte de equilibrado de la carga del tráfico con una combinación de varias técnicas: Proxy-caché, DNS-caché, firewall, filtrado selectivo, balanceo de cargas dinámico, priorización de tráfico (QoS), monitorización del uso de Internet de cada persona...  Cada una de ellas en solitario ofrece una aportación parcial hacia el objetivo final de satisfacción.  Y cuando se usan todas de forma inteligentemente combinada conseguimos además conocer con detalle qué está pasando y tenemos herramientas para corregir desviaciones, exprimimos nuestras líneas de comunicaciones y mantenemos sus costes bajo control.

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